Situación actual de la historieta en Costa Rica

 

Óscar Sierra Quintero
Historietista, San José, Costa Rica

 

Resumen

La historieta costarricense es una tradición artística que hoy por hoy lucha por terminar de nacer, desarrollarse y ocupar el nicho que le corresponde dentro del hábitat cultural nacional. Para lograr este cometido son muchos los escollos que tiene en su ruta, pero el esfuerzo tesonero de los mismos artistas, obligados por las duras circunstancias a ser los editores de sus producciones, va poco a poco rindiendo sus frutos.

Abstract

The Costa Rican comic is an artistic tradition that today fights to end being born, to be developed and to occupy his own niche inside the national cultural habitat. There are many reefs that he has in his route to achieve this, but the firm effort of the same artists, forced by the hard circumstances to be the editors of their productions, little by little goes surrendering their fruits.

 
En un artículo anterior1  hacíamos referencia a la precaria evolución que ha experimentado el arte del cómic en la nación costarricense a lo largo de toda su historia, desde el surgimiento del periodismo escrito a mediados del siglo XIX.
La tradicional evolución de esta disciplina gráfica, que calificábamos en el citado artículo de tardía y balbuceante, se ha venido acelerando en los últimos años como consecuencia del auge de internet, el video, los juegos electrónicos, los manga shop, la implementación de la televisión por cable con sus canales especializados y la consecuente invasión que promueve en los géneros manga y animé japoneses, y los superhéroes norteamericanos, en una especie de moda que causa furor entre las nuevas generaciones de dibujantes quienes, además de los estímulos anteriores, han venido a encontrar una gran libertad de opciones creativas y de realización en los modernos sistemas de diseño digital, por medio de una casi infinita variedad de recursos creativos con los que nunca soñaron contar las generaciones anteriores, convirtiendo, de la noche a la mañana, una labor tradicionalmente artesanal en un trabajo de sofisticada realización profesional.

 

Un desarrollo desigual (y sus causas)

En contraposición a lo anterior, este repunte en el desarrollo de la historieta costarricense se ha venido dando de una manera desproporcionada, limitándose hasta ahora a una cada vez más depurada realización gráfica y una buena calidad de impresión de las ediciones más que todo, adoleciendo todavía no sólo de un óptimo contenido en los guiones y creación de personajes no convencionales, sino también en el desarrollo de estilos gráficos variados y originales, en la diversidad temática y la búsqueda de una historieta de perfil costarricense.
La raíz de esta dicotomía la podemos encontrar en el desconocimiento y la falta de comprensión sobre los verdaderos fundamentos del arte de la historieta, sus géneros y sus complejos recursos expresivos que se puede apreciar entre un gran sector de los artistas de nueva generación, los cuales, emotivamente influidos por los géneros del manga-animé y los llamados superhéroes americanos, se limitan prácticamente a copiar al carbón, con algunas pequeñas variantes, el estilo y factura de los comics y mangas provenientes del extranjero, sin aportar un sello propio y original, tanto en el dibujo como en el contenido temático.
A lo anterior se suma la falta de integración tradicionalmente existente entre el gremio de los historietistas emergentes, fundamentada en una actitud de competencia mal interpretada, que lleva a los nacientes gremios a atomizarse en grupos cada vez más pequeños y antagónicos, lo que, a la zaga, imposibilita la implementación de un proyecto mancomunado que favorezca la retroalimentación por medio del intercambio de ideas, técnicas y conocimientos, elementos necesarios para un consiguiente desarrollo en temáticas, guiones, técnicas y estilos, y el efectivo intercambio con movimientos más avanzados en otros países.

 

El papel de los sectores culturales, periodísticos y comerciales

Complementa este poco alentador panorama, una tradicional subestimación y desconocimiento de los atributos artísticos y culturales de la historieta que, con algunas excepciones2  se manifiesta en los sectores periodísticos, culturales, educativos e intelectuales del país, lo que los lleva a fomentar la confusión entre este y otras disciplinas afines como la caricatura y el humor gráfico, generalizando los conceptos y contribuyendo a inculcar una concepción equivocada de esta manifestación artística entre el gran público, en lugar de promocionar la culturización general, el género entre un público ayuno de información y, sobre todo, de formación sobre el tema.

Figura 1: Ejemplo de desinformación sobre la historieta en la prensa costarricense. Un evento de historieta iberoamericana organizado por La Pluma Sonriente hace algunos años, es promocionado como algo vacilón en un periódico de amplia circulación.
Es común ver, por ejemplo, en periódicos de gran prestigio y alta circulación titulares en los que se califica a historietistas y realizadores de manga de caricaturistas (La Nación, 13 de febrero de 1996, Sección Viva, p. 7), o publicitar una exposición de historieta seria como una exhibición chistosa o de puro vacilón (La República, 26 de julio de 1998, Sup. Galería, p. 5B).
Esta falta de criterios acertados sobre el arte de la historieta en los medios de comunicación masivos costarricenses se manifiesta también en el desigual enfoque que le dan a la amplia gama de manifestaciones y tendencias que hoy caracteriza a este arte a nivel mundial, limitando sus esporádicos artículos y comentarios a las historietas y los strips más populares de Norteamérica y, recientemente, a los del manga y el animé, dejando en el tintero el importante tema de la historieta europea, la latinoamericana3  y aún el mismo cómic norteamericano de gran contenido artístico y temático surgido en la década de sesenta con el movimiento underground.
Sumado a lo anterior, la gran promoción que llevan a cabo los negocios de manga-shop que están proliferando en los centros comerciales de San José y los alrededores, complementa un panorama bastante limitado que no ofrece otros puntos de referencias a los nuevos valores de la historieta costarricense que no sean los de los dos subgéneros ya citados.

 

La zancadilla financiera, editorial y de distribución

Y todo esto es tan sólo el comienzo. Los escollos que enfrenta una historieta costarricense que pugna por surgir y ocupar el nicho que le corresponde dentro del hábitat de la cultura nacional se torna cuesta arriba cuando los realizadores se enfrentan a reto del financiamiento, la edición y la distribución de sus creaciones.
Por la propia experiencia de quien escribe el presente artículo (editor de dos revistas de humor e historietas, y director de arte de una tercera producida por otro editor) y por el testimonio que le han dado otros editores de historietas tanto de la vieja guardia (como Carlos Figueroa, editor de las revistas Tricolor y Tricolín), Giovanni Amighetti (editor de Camaleón) y el joven José Ulloa (editor de K-oz), se llega a la conclusión de que la labor de los realizadores que se esfuerzan por abrir el camino a la historieta nacional, demandará muchos años más de esfuerzos y sacrificios por culpa, en su mayor parte, de los sectores comercial y publicitario, los cuales, por la poca fe que tienen en este renglón editorial (derivado de un obtuso y tozudo desconocimiento del tema) se niegan a brindar los patrocinios necesarios a los improvisados editores, obligándolos a hacer de tripas corazón con el fin obtener los recursos para financiar ellos mismos la publicación de sus producciones, toda vez que los editores establecidos –¡tampoco!– quieren saber nada de la alternativa editorial que ofrecen los historietistas criollos.

Figura 2: La Pluma Cómic es el primer grupo organizado de historietistas costarricenses que se ha propuesto todo un plan de acción, encaminado a la promoción y desarrollo de un historieta de corte nacional no sólo en las técnicas y estilos, sino también en la investigación y la posterior producción de guiones de especiales contenidos. También en la creación de una cultura de la historieta todavía inexistente en el país, por medio de conferencias, mesas redondas, encuentros internacionales, publicación de artículos y la cooperación con otros movimientos afines en el exterior.
El tiro de gracia desmotivador lo vienen a dar las agencias distribuidoras, que en Costa Rica se pueden contar con los dedos de una mano y todavía sobrarían dedos, por lo que prácticamente constituyen un auténtico monopolio. Así, una vez producida y editada cada revista de historietas (dando mano de los sacrificios ya señalados) los artistas-editores se ven obligados a entregar, a consignación, el tiraje total de su creatura a alguna de las pocas agencias distribuidoras. Estas entonces manejan a su antojo y casi siempre de una manera irrespetuosa su relación con los editores, imponiendo de forma arbitraria y unilateral las reglas del juego. Después de contratar la distribución en un porcentaje entre el 40 y el 50% sobre el precio de venta de cada ejemplar vendido, a fin de cuentas no se distribuye al público la totalidad de la edición, dejando en bodegas, sin ver nunca la luz pública, la mitad de ella. Por si lo anterior fuera poco, los ejemplares que se distribuyen se colocan en posiciones poco ventajosas dentro de los estantes, por debajo de las publicaciones foráneas de gran fama y prestigio.
Una vez cerrado el ciclo de la venta, los ejemplares no vendidos son devueltos al sufrido editor en su mayor parte rotos, torcidos, magullados y en algunos casos hasta mojados. De estos ejemplares malogrados, la agencia distribuidora –!como era de esperarse!– no se hace responsable, sumándolos a las pérdidas del editor.
Finalmente, el compensatorio dinero de la venta –necesario para financiar las futuras ediciones– es cancelado por la empresa distribuidora, una vez rebajada la comisión de venta, tres, cuatro, cinco ¡y hasta seis meses después! Y todo sin pagar un céntimo de intereses por devaluación.
Por lo que se puede apreciar, los artistas y editores de historietas costarricenses tiene que dar mano de una gran capacidad de abnegación y sacrificio –rayano en un misticismo estoico– con tal de dar a luz sus creaciones y seguir abriendo el camino a las nuevas generaciones de creadores.

 

Un naciente rayo de esperanza

Con todo, el esfuerzo de los pioneros está vislumbrando una luz al final del túnel, que se manifiesta por medio de una creciente maduración de las actitudes ente los grupos recientemente surgidos o restructurados, los cuales han venido comprendiendo las ventajas del apoyo mutuo por encima de la competencia desleal y confrontativa, así como en la búsqueda de opciones de distribución directa, dejando de lado el monopolio de la compañías distribuidoras o, por lo menos, entregándoles sólo una parte calculada de cada tiraje.
Un ejemplo de esto lo está dando el editor Nelson Cervera, asociado con el artista Sergio González en la empresa editora Solgráficas. Gracias a un esfuerzo tesonero e inclaudicable, este dúo de realizadores editan, desde hace poco más de un año, la serie didáctica Manga Step by Step de excelente factura artística y editorial, cuya edición distribuyen ellos mismos en forma directa en librerías, bazares y tiendas de manga-shop de San José y ciudades circunvecinas. Y pronto iniciarán la distribución internacional a Puerto Rico, México y toda la América Central por medio de una empresa distribuidora on line.
Por su parte el joven editor José Ulloa, después de un fiasco que se llevara con sus antiguos socios de la revista K-oz por él creada y financiada, ha conformado un nuevo grupo de artistas y se propone lanzar, dentro de los próximos meses, una nueva revista de historietas titulada Plan 9 la cual incluirá hasta comics híbridos entre dibujo y fotografía.
Y los jóvenes historietistas y realizadores de dibujo animado Heriberto Barrientos y Milton Sánchez, organizados en el movimiento Punto Directo, han llegado a producir series animadas para el canal de televisión estatal Canal 13, basados en conocidas obras de autores costarricenses. Para un futuro inmediato planean continuar esta zaga por medio de una serie de historietas ilustradas.
Estos tres movimientos comparten mutuamente y se han vinculado, de una forma directa el primero e indirecta los dos últimos, al nuevo movimiento de La Pluma Cómic nacido oficialmente en el año 2001 como una derivación de La Pluma Sonriente Internacional, una organización fundada por el autor del presente artículo en 1980, fundamentada en la base de la integración, el mutuo apoyo, el trabajo colegiado y la profesionalización de la labor en el humorismo gráfico y la historieta, sobre una línea de investigación seria y comprometida en la búsqueda y la definición de una historieta de factura y perfil costarricense.
La rica experiencia acumulada por La Pluma Sonriente durante veintitrés años de continua labor, realizando exposiciones e intercambios, así como ponencias, mesas redondas, cursos y conferencias en Costa Rica y en países tales como Brasil, Colombia, Cuba, Ecuador, España, Estados Unidos, Portugal y Venezuela, le permite implementar, para su retoño La Pluma Cómic, un pionero plan de acción de impulso a la historieta nacional, el cual se inicia por medio de una exposición didáctica y antológica sobre «La historia de la historieta en Costa Rica y el mundo» que se prepara con el auspicio y el apoyo oficial del Ministerio de Cultura, Juventud y Deportes de Costa Rica, sumado a una serie de mesas redondas que con el título de «Tertulias del noveno arte» se comenzarán a realizar a partir de junio del presente año con la participación de editores de historietas, así como de artistas e intelectuales interesados en el género, como el escritor y dramaturgo Samuel Rovinsky, el artista e investigador Otto Apuy y el estudioso y divulgador cultural de origen belga Víctor Velembois, entre muchos otros.
En estas tertulias se abordarán todos los ángulos posibles tanto del arte de la historieta, en todos sus géneros y tendencias, como fenómeno artístico, educativo y de comunicación de masas, y sobre la actual ubicación y posterior orientación de la naciente historieta costarricense en el marco del movimiento latinoamericano y mundial.
Complementariamente La Pluma Cómic planea la edición de una publicación especializada sobre el tema, para un futuro cercano, la cual tendrá como uno de sus objetivos principales la difusión de los trabajos experimentales que actualmente llevan a cabo sus miembros Rónald Díaz, Rónald López, Sergio González y el mismo autor del presente trabajo, además de artículos de estudio y análisis sobre la labor de investigación, en Costa Rica y el exterior, sobre la historia, evolución y nuevos rumbos de la historieta contemporánea.

 

Notas

1. Publicado en la edición no. 5, vol. 2, marzo de 2002 de esta publicación.
2. El comentarista de temas culturales de origen argentino Víctor Fluri ha escrito artículos en el diario La Nación sobre Corto Maltese y otros personajes de la historieta europea y suramericana. Por su parte, la semióloga y catedrática de la Universidad de Costa Rica María Pérez Iglesias publicó, en la década del ochenta, una serie de artículos sobre la historieta latinoamericana y costarricense en la revista Káñina editada por la misma universidad, una publicación académica que, lamentablemente, no llega hasta el gran público. En los últimos años tanto la Universidad de Costa Rica como la embajada de Bélgica en San José, la Alianza Francesa y el Centro Cultural de España han venido organizando foros, conferencias y exhibición de videos sobre la historieta europea y latinoamericana, con conferencistas como el belga Víctor Valembois, el francés César Maurel y el español Miguel Rojas Mix. De este último la Editorial de la Universidad de Costa Rica publicó en 1998 el ensayo «Los héroes están fatigados».
3. Con la excepción de Mafalda, Astérix y Tin-tín.