Figura 1: Matucana empezó como fanzín y terminó siendo un título importante en el mercado de distribución nacional. Aunque quiso elevar el nivel de la producción nacional su sofisticación produjo posturas encontradas y la pronta desaparición de la revista. |
Figura 2: Ácido. Con tímida distribución a kioscos esta revista marca el renacer de la historieta nacional. Enfocada a un público adulto fue soporte para algunos de los nombres señeros en el devenir de este lenguaje en Chile. Aunque no tuvo el éxito esperado pavimentó el camino de muchos de los más destacados historietistas de fin de siglo y para las futuras publicaciones. |
Figura 3: Bandido. Jugándosela un joven dibujante plantea una revista dedicada al cómic seriado o autoconclusivo ya de autores nacionales o extranjeros. Con relativo éxito logra sobrevivir hasta mediados de la década del noventa y se ganaría un lugar en la memoria colectiva de los aficionados al noveno arte. |
Figura 4: Trauko. La más emblemática de las revistas del período de gloria del cómic nacional de fin de siglo. Queriendo imitar la estética y postura española su editor logra tanto el rechazo de la pacata sociedad chilena como el respeto de los comiqueros, aunque no se libró de cometer algunos errores que le costaron la continuidad en el mercado. |
Figura 5: Asteroide. Aprovechando el éxito de las publicaciones de historietas a finales de la década del ochenta, un editor apuesta a publicar material extranjero de gran calidad dando a veces cabida a los autores nacionales. Asteroide estaba dedicado a la ciencia ficción, mientras que su compañera Alacrán al género de aventura. |
Figura 6: No solo en la capital de Chile se daban instancias editoriales. En las regiones, en este caso al quinta región y más específicamente la ciudad de Valparaíso, los dibujantes hacen enormes esfuerzos por autoeditarse y logran material de calidad que hoy es ya legendario y muy escaso. |
Figura 7: En medio de las irreverentes publicaciones aparecen muchas otras dedicadas a los mas pequeños de la casa. Pero no sobreviven la batahola generada por este renacer de la historieta chilena. Aunque homenajeaban la desaparecida revista Mampato y por defecto El Peneca, Cachipún no tuvo llegada. |